Bicentenario de la Batalla de Tucumán: coronel Bernabé Aráoz héroe de la Independencia Nacional

Presentamos un proyecto de ley por el que se declara tucumano ilustre y héroe de las batallas de Tucumán y Salta al coronel Bernabé Aráoz, en justo reconocimiento a su memoria, héroe olvidado de nuestra Independencia Nacional, de quien el Gral. San Martín dijera: “Me atrevo a asegurar, que no se encuentran diez en América que reúnan más virtudes que las del coronel mayor Bernabé Aráoz”.



Sin dudas podemos afirmar que Bernabé Aráoz es un héroe de la altura del Gral. Martín M. de Güemes, y que merece similar reconocimiento. La diferencia, estriba en que, como señalara Juan Bautista Alberdi, el coronel Bernabé Aráoz no tuvo buena prensa.

En el bicentenario de la Batalla de Tucumán, la más importante de las batallas de la Independencia, ha llegado el momento de la reivindicación histórica de Bernabé Aráoz.

Fundamentos del proyecto:

        Una de las figuras más atrayentes y, curiosamente, menos conocida de nuestra historia provincial y nacional es la de Bernabé Aráoz. Caudillo emblemático, guerrero de la independencia, gobernante y estadista, de actuación determinante en capítulos trascendentales de la guerra de la independencia y la posterior organización nacional.

         Tal es la grandeza de este héroe olvidado que, el Padre de la Patria, el propio General don José de San Martín, dijo de él: “Me atrevo a asegurar, que no se encuentran diez en América que reúnan más virtudes que las del coronel mayor Bernabé Aráoz”.

Batalla de Tucumán, librada el 24 de septiembre de 1812
        Además del General San Martín, también Juan Bautista Alberdi tuvo palabras de elogio y reivindicación de su figura, cuando dijo lo siguiente: “Quiero detenerme en el relato de mi vida, para hacerlo sobre la de Bernabé Aráoz, porque creo que no se ha hecho justicia con su memoria y ha sido desacreditado gratuitamente. Mi tío fue un militar valiente gran colaborador y jefe determinante en el triunfo de Belgrano en 1812, aportando dinero a la causa y sus empleados del campo se prestaron, por devoción a su patrón, a luchar en la batalla. No influyó ninguna figura prominente para que San Miguel de Tucumán fuera sede del Congreso que declaró la independencia. Indudablemente que su situación geográfica central contribuyó y mucho, pero también debían darse condiciones políticas favorables en los sentimientos patrióticos de los líderes que gobernaban la provincia y en el fervor de la población. Bernabé organizó personalmente todo lo concerniente a la instalación del congreso. En su casa, frente a la Catedral, se llevaron a cabo las reuniones preliminares recibiendo a los diputados y alojándolos en las casas particulares que se ofrecieron al efecto y en los conventos del lugar, conforme iban llegando desde las distintas provincias. Allí se debatieron los términos fundamentales de la Declaración de la Independencia. Como las sesiones del congreso se llevaron a cabo en la  casa de doña Francisca Bazán de Laguna, a pocos metros de la casa de mi tío, en la misma calle en la acera de enfrente, prestó parte de su propio mobiliario de su casa para las reuniones del Congreso y la mesa en la que se juró y firmó la declaración pasó a ser un mueble de inmenso poder afectivo para la familia, ya que le pertenecía a Bernabé".

         Desde joven, Bernabé Aráoz demostró un innato don de mando, a lo que sumaba una fina inteligencia y probada determinación. En 1806 comandó las milicias que trajeron a los prisioneros ingleses a Tucumán, luego de la primera invasión. A los treinta años era uno de los vecinos de mayor predicamento en Tucumán.

         Corrían los primeros días del mes de septiembre de 1812; el general Manuel Belgrano retrocedía desde el norte dejando una estela de desolación tras de sí. Al llegar a las proximidades de Tucumán se encontró con una comisión encabezada por Bernabé Aráoz. Fueron concretos en su pedido: presentar batalla a los realistas en Tucumán, para lo cual la población ofrecía ayuda ilimitada. Belgrano (quién secretamente abrigaba esa posibilidad), dio las cifras aproximadas en dinero y hombres que se necesitarían, a lo que Bernabé Aráoz aseguró que se aportaría el doble, como en efecto ocurrió.

         La tarea de regimentar un ejército de reclutas, darles una mínima instrucción militar, fortificar una ciudad indefensa y levantar el temple a una población que por primera vez veía a sus puertas el peligro de una batalla sangrienta, debió ser sin duda tarea de titanes.  Bernabé Aráoz estuvo a la cabeza de aquellos. Incluso aportó el grueso de la tropa.

         Lo cierto es que en la mañana del 24 de Septiembre de 1812, en Tucumán se sellaba la suerte de la Revolución de Mayo, y los tucumanos en general, y Benabé Aráoz en particular, tuvieron mucho que ver en ello.
Luego de la batalla, Belgrano entrega el bastón de mando a la Virgen de la Merced
         Luego de estos hechos, Bernabé Aráoz, quién llegó a alcanzar el grado de Coronel Mayor de los ejércitos de la Patria, comandó las tropas tucumanas que pelearon en la batalla de Salta el 20 de febrero de 1813.
     
         Luego de la batalla, el General Manuel Belgrano escribió al Triunvirato diciendo: "No hallo, Excelentísimo, expresión bastante para elogiar a los jefes, oficiales, soldados, tambores y milicia que nos acompañó del Tucumán al mando de su coronel don Bernabé Aráoz".

         En 1814 fue designado gobernador intendente de Salta y meses después, al crearse la provincia de Tucumán, fue su primer gobernador. Su gestión se desenvolvió en el escenario de una región convulsionada por los cambios trascendentales que se producían. Tucumán era por entonces una suerte de cuartel de las tropas del Ejército Patrio, al que se debía mantener. El dinero jamás alcanzaba, aún así el gobernador conseguía importantes logros para la época. De su propio peculio costeó la construcción de la acequia que trajo el agua a la ciudad, e instaló el primer mercado y el alumbrado público; estableció además una escuela de primeras letras e impuso una contribución para el aseo y mantenimiento de las calles. Además se dio tiempo para Organizar personalmente todo lo relativo a la instalación del congreso de 1816, hasta en sus detalles mínimos.

         En 1819 Bernabé Aráoz vuelve a la gobernación luego de un movimiento armado; por entonces oscuros nubarrones se cernían sobre la incipiente Nación.

         El 8 de Enero de 1820, el Ejército del Norte se subleva contra su jefe en una posta de Arequito. El Director Rondeau, sin el apoyo de esas fuerzas es derrotado en Cepeda por los caudillos López y Ramírez. Con ello se inicia un período de disgregación nacional. Las provincias argentinas quedaron desarticuladas en el contexto.

         Ante la gravedad de la situación imperante, Bernabé Aráoz decidió gobernar la provincia a su mando de manera autónoma, para lo cual creó la “República de Tucumán”, a la que dotó de una avanzada Constitución.

        Mucho se ha discutido (y discutirá) acerca de los motivos que impulsaron a don Bernabé a tomar esta determinación. Para algunos fue una respuesta regional a fines de preservar del caos a esta parte del país. Para otros no fue más que el intento separatista de un caudillo ambicioso. No reflejan esto los artículos que nos han llegado de la constitución aludida, ni la proclama del propio Bernabé Aráoz: “La provincia a mi mando es y será una república libre e independiente...  hermana sí, y federada con vínculos estrechos a las demás...”

         Cuando Bernabé Aráoz hablaba de “república”, en se refería a la forma de gobierno federal y a la división de poderes.

         De la documentación existente surge claramente el funcionamiento de los tres poderes diferenciados, además de la implementación de un correcto sistema impositivo y aduanero. Llegó a crearse una moneda uniforme entre otros logros significativos.

        Desgraciadamente, Bernabé Aráoz pronto entró en conflicto con el gobernador de Salta Martín Miguel de Güemes, lo que provocó una sangrienta acción armada que culminó con la derrota de los temibles gauchos salteños. Posteriormente Santiago del Estero y Catamarca se escindirían de la República, episodios estos extensos de detallar.

         Derrocado por un movimiento militar en 1821, Bernabé Aráoz no pudo desplegar los objetivos de la “república” que ideara. Esporádicamente volvería al poder, aunque ya se encontraba envuelto en las interminables contiendas fraticidas suscitadas con su antiguo protegido Javier López, hasta su fusilamiento, por orden de este en 1824. Según relata Juan Bautista Alberdi, antes de ser fusilado, haciendo rebotar el dedo anular en el cigarrillo dejando caer las cenizas, Bernabé Aráoz expresó: “la existencia humana es como estas cenizas”.

        Estamos a pocos días de conmemorar el bicentenario de la Batalla de Tucumán, y es justo recordar no sólo al general Manuel Belgrano, sino también a los tucumanos, quienes dieron vida y fortuna por la patria naciente. Por ello creemos que es de justicia y de pueblo agradecido, rendir homenaje a Bernabé Aráoz, quién acaudilló al pueblo de Tucumán en lo que fue la batalla más importante de la guerra por nuestra independencia. Hecho histórico que merece un monumento que lo recuerde, en nuestra provincia y en todo el país.

         Nuestros héroes, son los modelos a seguir, son nuestro oriente o guía inspiradora. En Bernabé Aráoz y nuestros comprovincianos de 1812, encontramos el sentimiento de construcción de la patria, sentimiento idealizado en 1810, que tuvo su momento de gloria en la batalla de Tucumán un 24 de septiembre de 1812, y que un 9 de Julio de 1816, también en Tucumán, se hizo carne en la declaración de nuestra Independencia. Patria que todos nosotros construimos a diario, en el cumplimiento de nuestras obligaciones y en todo aquello que hacemos por el engrandecimiento de nuestra Nación.

      Por las razones expuestas, en justo reconocimiento a la memoria de un comprovinciano, héroe olvidado de nuestra Independencia Nacional, solicitamos la aprobación del presente proyecto de ley.

Fdo. Legislador Marcelo Caponio
Legislador Roque Tobias Alvarez
Legislador Gregorio García Biagosch
Legislador Manuel Fernández

*Autor intelectual: Dr. Enrique Sancho Miñano (h)
**Agradecemos especialmente al historiador José María Posse por su invalorable colaboración en la fundamentación de este proyecto de ley.